Cuando “han llegado todas”: violencia machista y persecución a feministas y madres buscadoras bajo el gobierno de Morena

7/28/20252 min read

El gobierno actual de Morena ha celebrado con bombo y platillo la llegada histórica de mujeres a la presidencia y a cargos clave en la administración pública, proclamando que “han llegado todas” y que se ha abierto un nuevo capítulo de igualdad de género en México. Sin embargo, detrás de este discurso triunfalista, la realidad para miles de mujeres mexicanas es profundamente distinta y dolorosa. La violencia machista y feminicida continúa en niveles alarmantes, mientras que activistas feministas y madres buscadoras enfrentan una creciente represión, hostigamiento y omisión por parte de las autoridades.

La violencia de género en México es una crisis que el gobierno morenista ha sido incapaz de contener. Según datos oficiales, en promedio cada día se cometen múltiples feminicidios, y la mayoría de estos casos quedan en la impunidad. La negligencia estatal se agrava con la persecución directa y la criminalización de las mujeres que alzan la voz. Las activistas feministas que exigen justicia y políticas públicas efectivas para erradicar la violencia machista han sido blanco de campañas de desprestigio, amenazas, intimidación y en algunos casos, agresiones físicas por parte de fuerzas policiales y actores vinculados al poder.

Uno de los grupos más vulnerables y valientes en esta lucha son las madres buscadoras, mujeres que han sufrido la desaparición forzada de sus hijas e hijos y que se organizan para exigir respuestas y justicia. En lugares como Teuchitlán, Jalisco, y otras regiones, estas madres han enfrentado no solo la tragedia de perder a sus familiares, sino también la violencia institucional. El gobierno morenista ha minimizado sus demandas y, en varios casos, se ha evidenciado una clara colaboración con actores del crimen organizado, lo que ha derivado en amenazas y agresiones contra estas mujeres. Las madres buscadoras no solo luchan contra la ausencia de sus seres queridos, sino contra un sistema que las revictimiza y las persigue.

Activistas feministas también han denunciado que el gobierno actual utiliza la ley y la fuerza pública para amedrentarlas. En varias manifestaciones pacíficas, se ha documentado el uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias y hostigamiento constante. En un contexto donde la violencia machista debería ser una prioridad de Estado, estas agresiones representan una grave violación a los derechos humanos y una estrategia para silenciar la protesta social que busca un México más justo y seguro para las mujeres.

Este escenario pone en evidencia una profunda contradicción en el discurso oficial: mientras Morena proclama avances en la igualdad de género y celebra la presencia femenina en la política, en la práctica perpetúa un sistema que vulnera a las mujeres y criminaliza la resistencia feminista. La presencia de mujeres en cargos públicos no garantiza la transformación real cuando el Estado falla en proteger la vida y los derechos de las mujeres, y cuando persiste la impunidad para los agresores.

Para que la frase “han llegado todas” deje de ser un slogan vacío y se traduzca en una realidad tangible, es indispensable que el gobierno de Morena reoriente sus políticas y prácticas. Esto implica garantizar justicia para las víctimas de feminicidio y desaparición, proteger a las madres buscadoras y activistas, y erradicar la violencia institucional que perpetúa el ciclo de agresiones. Solo así México podrá avanzar hacia una sociedad en la que la igualdad de género no sea un discurso, sino una realidad vivida por todas las mujeres.