Castañeda y el silencio incómodo de Movimiento Ciudadano ante la violencia
Clemente Castañeda, líder de Movimiento Ciudadano en el Senado, lanza fuertes críticas hacia los vínculos de Morena con el crimen organizado, pero su propio partido no está exento de señalamientos.
3/12/20252 min read


Clemente Castañeda, líder de Movimiento Ciudadano en el Senado, lanzó una fuerte declaración al afirmar que “el pueblo de México está hasta la madre” de los vínculos de políticos con el crimen organizado, en alusión a los señalamientos contra Morena. Sin embargo, sus palabras terminaron siendo un balazo en el pie, pues su propio partido enfrenta graves acusaciones en varios estados.
En Puebla, tres alcaldes de Movimiento Ciudadano fueron detenidos por delincuencia organizada, evidenciando que la corrupción y la complicidad con el crimen no son exclusivas de un solo partido. Los alcaldes Giovanni y Uruviel González Vieyra, en Tlachichuca y Chalchicomula de Sesma respectivamente, fueron arrestados por presuntos vínculos con el crimen organizado, un escándalo que pone en evidencia que los lazos con el narco no son una problemática de Morena, como pretende Castañeda, sino de un sistema de complicidades que abarca a varios actores políticos, incluidos los de su propio partido. El “Triángulo Rojo”, epicentro de estas detenciones, es una zona conocida por su vinculación con el robo de combustible y la violencia del crimen organizado, lo que debería llamar a la reflexión sobre la gestión de los ediles de Movimiento Ciudadano.
Mientras Castañeda se muestra firme en sus críticas a otros partidos, en Jalisco, estado gobernado por su partido, se descubre un campo de exterminio en un rancho de Teuchitlán, asociado al Cártel Jalisco Nueva Generación. Este hallazgo no solo sacudió a la sociedad, sino que también reveló la magnitud de la violencia que, bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano, se ha desbordado en la región. El rancho Izaguirre, con hornos crematorios y restos humanos, es testimonio de una impunidad que se extiende más allá de las fronteras de Morena y que parece permear la administración de Enrique Alfaro, de Pablo Lemus, y de Jorge Maynez, todos ellos representantes de Movimiento Ciudadano. A pesar de la gravedad del hallazgo, ninguno de ellos ha emitido una postura oficial ni ha dado la cara a los ciudadanos. Este silencio ante uno de los hallazgos más atroces de los últimos años refleja una desconexión alarmante con la realidad y un intento por ocultar las fallas en su gestión.
La estrategia de Movimiento Ciudadano, al señalar los errores de los demás mientras oculta los suyos, está quedando al descubierto. Los crímenes de alto impacto que ocurren bajo su administración no solo son ignorados, sino que parecen ser minimizados por un partido que busca dar lecciones morales mientras se ve arrastrado por la misma corrupción que critica. Es hora de que Castañeda y su partido dejen de señalar a otros y enfrenten la realidad de que, bajo su vigilancia, la violencia se ha incrementado en su propio territorio.
La falta de respuestas contundentes ante los horrores ocurridos en Jalisco y Puebla no solo pone en duda la integridad de Movimiento Ciudadano, sino también la capacidad de sus líderes para garantizar la seguridad de los ciudadanos. El pueblo, efectivamente, está harto. Pero no solo de Morena, sino de todos los políticos que han permitido que la violencia se apodere del país mientras se preocupan más por el discurso que por la acción.